Raymundo Riva Palacio / Eje Central
La operación que condujo a la captura de Joaquín “El
Chapo” Guzmán en Mazatlán, el mas grande éxito del gobierno del
presidente Enrique Peña Nieto en la lucha contra la delincuencia
organizada, es resultado de una desobediencia. La Marina mexicana,
pese a la instrucción gubernamental de suspender sus vínculos con los
servicios de inteligencia estadounidenses, mantuvo la estrecha relación
construida en el último lustro con la CIA y la DEA, que coronó uno de los más grandes golpes al crimen trasnacional en el mundo.
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