Carlos Mota / El Financiero
Dos adultos mayores –y una enfermera itinerante– habitan una pequeña casa al norte de la Ciudad de México. Deben mucho dinero a la Comisión Federal de Electricidad,
por un adeudo de hace un año. Al indagar con la intención de
regularizar su situación y pagar, se topan con un disparate: el empleado
Felipe García, del Centro de Atención Telefónica 071, confiesa que su
medidor no está registrado en la base de datos de la CFE.
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