Jesús Alberto Cano / Excélsior
No nos debe sorprender que las condiciones para que se diera un
crecimiento dinámico en México en el año que concluye, no obstante
deseables, no pudieron ser factibles. Los intensos debates legislativos
en reformas de suma importancia, el ambiente de confrontación de ideas y
las reformas constitucionales, si bien entendibles y muy saludables en
un proceso democrático, parece que nos restaron energía en los procesos
productivos.
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