Margarita Rivière / El País
Después de la llegada de un papa que pondrá de moda a los
pobres, sucede lo de Chipre. A estas alturas todos lo saben: la UE, su troika y el clan Merkel,
despreciando la legalidad democrática, decretan la alternativa de un impuesto
sobre los depósitos bancarios (eufemismo que equivale a la confiscación del
dinero particular) para evitar la quiebra del pequeño y liado país. Un hecho
sin precedentes en Europa, obviamente.
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