- Macri vive un final de mandato agónico, con depreciaciones continuas de la moneda y riesgo de suspensión de pagos
“Nos toca vivir de nuevo la misma historia”, dijo un importante intermediario financiero, en un restaurante de Buenos Aires. “Otra vez lo mismo”, suspiró una empleada doméstica mientras planchaba en un apartamento de Recoleta. “Los argentinos nunca aprendemos”, masculló un camarero. Entre la angustia y la resignación, Argentina soporta su enésima crisis. Los elementos son los de siempre: alta inflación, falta de crecimiento, depreciación del peso, necesidad de dólares e incapacidad para pagar las deudas. La semana que se cierra hoy ha sido de vértigo. Agosto ha sido un mes horrible. Y cunde la sensación de que lo peor está aún por llegar.
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