martes, 23 de abril de 2019

EL AHOGAMIENTO DE CUBA

  • La Casa Blanca ha cedido ante quienes sostienen que sólo la fuerza doblegará al castrismo
Juan Jesús Aznarez - El País
Salvo una reedición de Bahía de Cochinos, Estados Unidos lo ha intentado todo para acabar con la revolución cubana. La Casa Blanca apuesta esta vez por recalentar la olla a presión: por intensificar la fuerza ejercida por anteriores administraciones para que la efervescencia social derivada de las nuevas privaciones alcance el punto de ebullición y desborde las patrióticas apelaciones a la resistencia.
El endurecimiento del embargo es cíclico, determinado en buena medida por la importancia electoral del Estado de Florida, y coherente con la doctrina establecida en 1960 por Dwight D. Eisenhower: EE UU debe utilizar cualquier medio concebible para debilitar la economía de la isla, causar hambre, desesperación y una insurrección popular imparable. Difícilmente la conseguirá. No está siendo posible en una Venezuela agonizante, y menos se obtendrá en un país sin oposición articulada y en alerta policial desde hace sesenta años.

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