Incapaces de superar la crisis, muchos se entregan a populismos y nacionalismos
Europa se enfrenta a un peligro existencial. No se trata de la agresión
rusa en Ucrania, ni de los miles de yihadistas europeos reclutados por
el Estado Islámico en Irak y Siria. El peligro lo tenemos dentro.
Incapaz de superar la crisis, por su bloqueo político-institucional,
parte de la población europea, frustrada, se ha dado a consumir
sustancias estupefacientes —nacionalismo insolidario y populismo
antisistema— que paralizan su cerebro institucional y descomponen su
cuerpo político. Es un suicidio lento. Pero podría desencadenar sus
efectos terminales con súbita rapidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario