- La declinación anticipada de Beatriz Paredes se parece mucho a una designación maquinada por las cúpulas, es decir, lo contrario a una consulta ciudadana
Jorge Zepeda Patterson - El País
Alejandro Moreno y Xochitl Gálvez el 4 de julio en Ciudad de México. DANIEL AUGUSTO (CUARTOSCURO)
Alejando Moreno, Alito, presidente del PRI, nunca defrauda. En todo acuerdo, en toda operación política, termina siendo fiel a la infame reputación que se ha ganado como el más claro ejemplo de la degradación de la clase política. Que haya hecho declinar a Beatriz Paredes, candidata de su partido a la presidencia del país, para favorecer a Xóchitl Gálvez, abanderada del PAN, resultaría absurdo de parte de cualquier otro dirigente de una organización, pero no en el caso de Alito. Una y otra vez se ha mostrado capaz de incurrir en cualquier atropello a cambio de una ganancia política. Apenas había iniciado el levantamiento de la encuesta a principios de semana, cuando anunció que convendría alzar la mano del rival porque los resultados no favorecían a su candidato. El sacrificio de Beatriz valía como carta a negociar a condición de hacerlo anticipadamente y no el domingo cuando se consumara su derrota. Desde el lunes dijo que el miércoles anunciaría la probable declinación de la candidatura de Paredes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario