- A los “outsiders” les fue mejor de lo esperado, lo que subraya la volatilidad de la política latinoamericana. A los candidatos que llamaron a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador no les fue bien.
Por Simon Romero, Genevieve Glatsky y Jody García - The Nerw York Times
El domingo, Ecuador y Guatemala celebraron elecciones que dejaron en evidencia algunas tendencias cruciales en América Latina, como los esfuerzos anticorrupción, la creciente importancia de los votantes jóvenes y los llamados a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador.
En Ecuador, donde el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio este mes ensombreció la campaña, una política de la izquierda tradicional, Luisa González, se enfrentará en una segunda vuelta a Daniel Noboa, el heredero de una familia adinerada conocida por su imperio bananero.
Y en Guatemala, el activista progresista y anticorrupción Bernardo Arévalo ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de manera aplastante contra una ex primera dama, Sandra Torres, asestando así un golpe al establishment político conservador del país.
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