Carlos M. Urzúa - El Diario de Coahuila
El próximo jueves 18 de mayo la Junta de Gobierno del banco central de México anunciará si cambia o no su tasa objetivo; esta es la tasa de interés que emplea en sus propias transacciones y que en estos días es del orden de 11.25%. Dicha tasa, la que algunos llaman, quizás de manera más ilustrativa, la tasa de referencia, es fundamental en términos económicos.
Esa tasa puede pensarse como el piso a partir del cual todas las demás tasas de interés son determinadas en la economía mexicana. Desde las que se fijan para los préstamos en el caso de, por ejemplo, los créditos automotrices y los hipotecarios, hasta las que ofrecen los instrumentos financieros como, por ejemplo, los Certificados de la Tesorería del Gobierno Federal. A modo de ilustración, este 15 de mayo los Cetes con vencimiento de un mes ofrecen alrededor de 0.15% más que la tasa objetivo.
A primera vista parecería extraño que el Banco de México estableciera una tasa tan alta como 11.25%, dado el efecto pernicioso, y en cascada, que tiene sobre el resto de la economía. Pero cuando el banco central juzga que la inflación es alta tiene que hacer algo para cumplir con su único mandato constitucional, la estabilidad de los precios.
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