Pablo Zarate - El Economista
En los últimos 80 días de consultas energéticas formales bajo el T-MEC, el gobierno de Estados Unidos parece creer que ha logrado más que en los más de 420 anteriores, de meros reclamos oficiales.
La verdad es que eso no estaba tan difícil. Por más de año y medio, distintas autoridades del gobierno de Estados Unidos, incluyendo el Departamento de Estado, el Departamento de Energía y el United States Trade Representative (USTR) han insistido que tienen “preocupaciones sustantivas” por la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica y otras acciones potencialmente discriminatorias en contra de inversionistas estadounidenses. Pero el gobierno mexicano no sólo ignoró las advertencias por completo. Las politizó. En varias ocasiones, el presidente López Obrador le ha cantado un tiro, muy públicamente, al presidente Biden al respecto.
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