- El partido gobernante ve cómo la brecha con la sociedad aumenta al tiempo que se abren grietas entre la dirigencia y las base
Javier Lafuente - El País
El partido hegemónico de México en el siglo XX busca la forma de acomodarse en el siglo XXI. Si el desprestigio de clase política se acrecienta a diario en el país, en el caso del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), la situación es límite. Pese a haber mantenido el poder en algunos Estados, la pérdida de votos ha sido constante durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. El “nuevo PRI” al que invocó el presidente al llegar al poder está hoy preso o prófugo y la formación tricolor ve cómo la brecha con la sociedad aumenta al tiempo que se abren grietas entre la dirigencia y las bases.
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