El cuadro político se oscureció y las sumas y restas de los enterados tienen que cederle un poco de lugar al álgebra. Los espacios que ocupaban la derecha y la izquierda, supuestamente articuladas por la búsqueda de un también supuesto centro político, se desvanecen como referencias diferenciadoras, en tanto que las ideologías madre, desprendidas en su mayoría del liberalismo decimonónico, no sólo no encuentran un lugar en el mapa actual de las preferencias doctrinarias o programáticas, sino que se sienten impelidas a ofrecer a sus galerías todo un cambio de piel sin, al mismo tiempo, precisar las que serían sus nuevas coordenadas para la acción, en el gobierno o la oposición. Tal es el triste caso de las convocatorias a las coaliciones, inundadas de falsas ilusiones y peores consideraciones estratégicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario