José Luis de Haro - Nueva York - elEconomista.es
El sector financiero brilló con fuerza nada más conocerse el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Las expectativas sobre una administración Trump que favorecería el crecimiento, desharía buena parte de la regulación y fomentaría una jugosa reforma financiera impulsaron a los grandes valores bancarios. Al mismo tiempo, un moderado pero constante repunte en la inflación avalaban que la Reserva Federal seguiría encareciendo el precio del dinero.
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