- La primera audiencia del exgobernador en Guatemala sirvió de bálsamo para la impunidad en México
Luis Pablo Beauregard - El País
La primera audiencia de Javier Duarte en Guatemala ha sido un bálsamo para México. En un país como este, con severos problemas de impunidad, ver a quien se ha convertido en emblema de la corrupción política esposado y respondiendo ante un juez ha sido esperanzador. Esto ha sido en Guatemala, el pequeño país centroamericano que lleva tiempo trabajando para que sus políticos rindan cuentas y combatiendo la corrupción. Han logrado sentar en el banquillo a varios exfuncionarios, entre ellos a dos expresidentes, Otto Pérez Molina y Efraín Ríos Montt, con resultados agridulces.
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