De alta significación histórica e impacto doméstico y mundial fue la Marcha en Defensa de la Ciencia que se realizó el sábado 23 de abril en Washington DC. También fue en defensa de la Tierra, agredida por crecientes y desreguladas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Como indica David Brooks (La Jornada, 23/4/17 p.18), la marcha fue organizada en respuesta a un gobierno que abiertamente rechaza el consenso científico sobre el cambio climático, lo que, junto a otras causas, lanzó a decenas de miles de personas en las principales ciudades de Estados Unidos y en 500 ciudades más del mundo a las calles, las de México incluidas, en solidaridad con científicos bajo ataque: hicieron suyas la defensa de ciencia y planeta, una causa en la que destacan UNAM, IPN, UAM, UACM, UAZ, Clacso y la Union of Concerned Scientists UCS.
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