John Saxe-Fernández / La Jornada
Como ocurrió con el
Plan Colombia, también en México bajo la Iniciativa Mérida (IM) se
detecta una proliferación paramilitar. Además de la catastrófica guerra
sucia desatada en 2007, que desde Tlatlaya e Iguala cimbra la conciencia
dentro y fuera del país nacional, cabe revisar los contextos
financiero-especulativos y de seguridad nacional en la vital área
energética: mientras 2014 terminó en Wall Street con una insensata y
riesgosa desregulación financiera bajo impulso de Citigroup et al.,
para avalar las astronómicas apuestas de alto riesgo en derivados en
general y de materia prima y petróleo/gas, en particular, neutralizando
la estipulación Lincoln de la Ley Dobb-Franks, en el México de 2015 los
petroprecios, pese a su desplome, se mantienen altos y aumenta el
desabasto de gasolinas y diesel por operativos de
grupos armados, que actúan sobre los ductos de Pemex.
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