Raymundo Riva Palacio / El Financiero
Al arrancar el año, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dibujó el
panorama económico al presidente Enrique Peña Nieto. Se mantendría la
inestabilidad en los mercados financieros y la guerra de los precios del
petróleo anticipaba que el precio del crudo mexicano no estaría arriba
de los 50 dólares por barril. Peña Nieto, revelaron funcionarios
federales, le pidió soluciones con una condición: que cualquier medida
que se tomara, tuviera como objetivo proteger la economía familiar. El
presidente sabía que los márgenes para elevar impuestos, se habían
agotado el año pasado. ¿Un déficit fiscal? No sería una buena señal para
los empresarios ni para los mercados, pensó. La disciplina fiscal
tendría que ser mantenida. El costo, ahora, sería para el gobierno.
Videgaray, a trabajar.
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