Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Sin mucha visibilidad en los debates parlamentarios, en los que nunca se le ve participar, o en la presentación de iniciativas de ley propias, Alejandro Esquer Verdugo es lo que podría llamarse un senador retraído, que se maneja siempre con un bajo perfil en los asuntos legislativos, pero que curiosamente es uno de los integrantes con más poder e influencia en la bancada de Morena en el Senado y al que casi todos sus compañeros buscan para hacerle consultas y comentar con él temas y posicionamientos políticos.
Originario de Ciudad Obregón, Sonora, e ingeniero civil de profesión, Esquer llegó al Senado por la vía plurinominal y fue una de las posiciones que definió su exjefe, el expresidente López Obrador, quien lo metió a las listas de Morena en las elecciones federales de 2024 en una de las mejores posiciones, como una forma de proteger y blindar con el fuero legislativo a quien se convirtió en el hombre de más confianza y el operador político personalísimo del exmandatario desde la poderosa Secretaría Particular de la Presidencia.
En el sexenio pasado, era de todos sabido en la 4T que si se quería llegar directo al oído del Presidente, el único conducto realmente efectivo era Alejandro Esquer, quien tras la caída de César Yáñez se volvió el “perro fiel y guardián” de López Obrador quien, lo mismo atendía y veía los asuntos de sus hijos y su familia, que operaba los temas delicados del presidente —al que conoció muy bien desde que se convirtió en su particular en la Jefatura de Gobierno del DF en 2002, justo para sustituir a René Bejarano cuando este se fue como líder de la Asamblea Legislativa capitalina por el PRD—.
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