- Más que apuntar goles del oficialismo o la oposición, hay temas y sucesos que marcan los comicios, no necesariamente para bien
La candidata presidencial de la coalición opositora 'Fuerza y Corazón por México', Xóchitl Gálvez, a su llegada al mitin con simpatizantes, en la ciudad de Saltillo, en Coahuila (México). MIGUEL SIERRA (EFE)
Salvador Camarena - El País
Agotada la sexta parte de la campaña, cómo va la elección para renovar poder Ejecutivo, Congreso de la Unión y nueve gubernaturas… Más que apuntar goles del oficialismo o la oposición, hay temas y sucesos que marcan los comicios, no necesariamente para bien.
De ejecuciones y pesimismo
Amanecimos hoy con otro candidato asesinado. De viernes para sábado mataron al alcalde de Pihuamo, Jalisco, quien aspiraba a repetir en el cargo. Es solo uno más de la temporada, uno más incluso de esta semana. Las balas sobre los votos, es la tónica municipal.
Lo electoral como crisol del problema más acuciante hoy en México. Independientemente de cifras con las que el Gobierno de AMLO defiende que los homicidios van a la baja, cada candidato asesinado es contundente mentís: se mata con facilidad y, sobre todo, sin temor.
Se mata para impedir que alguien ejerza derechos, para cancelar a otros, una opción que no es la deseada por grandes criminales. No son pleitos de pueblo, son la manifestación de la fuerza de caciques descarados y con cómplices (autoridades venales hasta para condenar, ya no digamos atajar, la violencia).
El panorama es descrito por la oposición como una muestra de la incapacidad de López Obrador, y defendido por la candidata de este como hechos muy ajenos a pintar una situación pesimista o que se agrava.

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