Orlando Delgado Selley - Periódico La Jornada
La posibilidad de una crisis bancaria parece confirmarse. Bancos estadunidenses y europeos han revelado que su solvencia financiera es débil, provocando la huida de sus cuentahabientes y llegando a la quiebra. Se reconoce que se trata de dos problemas de diferente tipo: los bancos estadunidenses de tamaño mediano están marcados por inversiones en bonos gubernamentales, cuyos rendimientos se han achatado por los aumentos de las tasas de interés; lo que junto con la concentración de depositantes los ha colocado en condiciones de insolvencia. Los bancos europeos de gran tamaño están revelando problemas de larga duración en sus operaciones entre países referidos a su funcionamiento tradicional.
El mundo enfrenta otra crisis: el alejamiento de que puedan cumplirse los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) en 2030. De acuerdo con estimaciones de la secretaría general de la ONU, antes de la pandemia había un faltante de recursos para financiar las acciones necesarias del orden de 2.5 mil millones de dólares anuales. Este déficit ha crecido a alrededor de 5.5 mil millones de dólares. Además, el mundo tiene que encarar las pérdidas sufridas en muchos países por la pandemia y los otros problemas globales, como el cambio climático. Agravando la situación de la economía mundial está el crecimiento de deudas gubernamentales provocadas por el covid.
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