Carlos Ramírez - Indicador Político
El proceso de sucesión presidencial en Morena entró en una zona de tensión que era dinamizado la ruptura de acuerdos internos indispensables. La crisis al interior de la coalición gobernante no alcanza para romper, cuando menos hoy, la tendencia de continuidad del grupo liderado por el presidente López Obrador, pero pudiera llevar en 2024 a candidaturas externas de morenistas.
La historia de las sucesiones presidenciales pasadas del régimen priísta y las dos de los gobiernos panistas aportan elementos suficientes para señalar que las derrotas de 2000, 2006, 2012 y 2018 fueron la conjunción de conflictos internos en la élite gobernante, de escenarios de descomposición política, económica y social y la incapacidad del candidato oficial para garantizar la continuidad del grupo en el poder.
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