Claudia Luna Palencia - El Diario de Coahuila
Han sido unas presidenciales en las que el miedo a la ultraderecha ha ido perdiéndose en la medida que la situación socioeconómica empeora y se culpa de ello a la globalización, a la inmigración y a la Unión Europea (UE). En Francia, ha ganado la abstención ubicada en datos preliminares, en el 28.2%, la mayor de los últimos cincuenta años.
Emmanuel Macron obstinado por seguir mostrándose como una opción centrista renovada seguirá gobernando otros cinco años, pero lo hará teniendo a su costado, el acecho de los nacionalistas (con su visión más rancia y rupturista) y sus pretensiones de derribar las columnas de la mundialización para volver al proteccionismo.
Los primeros datos de esta gesta electoral, de segunda vuelta, son elocuentes y reveladores del estado de ánimo de la población que no se sienten representados ni por Macron, ni por su contrincante en las urnas: la ultraconservadora Marine Le Pen.
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