José Luis de la Cruz - El Sol de México
El ascenso de la inflación ha demostrado dos cosas: no es temporal y la política monetaria del Banco de México no puede contenerla.
Existen tres implicaciones por considerar: la población de menores ingresos sufre el mayor daño porque el incremento en los precios de alimentos y agropecuarios afecta el poder adquisitivo del sector social que destina el 40% de su gasto a alimentos y bebidas. La pobreza por ingreso aumentará y el gasto social no podrá evitarlo.
La segunda implicación es de política económica: ¿Cuál será la estrategia ante la mayor presión en precios de los últimos 21 años y en donde la tendencia de la inflación subyacente anuncia que es un desequilibrio estructural?
La tercera consideración se encuentra asociada a la sostenibilidad de las finanzas públicas: el incremento en las tasas que se utilizará para intentar frenar a la inflación elevará el costo financiero del sector público, tanto del federal como del estatal y municipal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario