Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Primero fue un gobernador de un estado y luego un obispo de la Iglesia Católica en una capital estatal: el narcotráfico ya se metió a las elecciones y está tomando el control político en entidades y municipios de la República. Si ya controlaban territorios enteros del país -30% del territorio mexicano según el Comando del Norte de EU-, en donde imponen su ley de fuego y violencia con asesinatos y masacres entre ellos, pero también contra civiles inocentes, ahora los narcos y sus cárteles se aprestan a controlar gobiernos estatales y municipales, a través de arreglos, financiamientos y apoyos electorales a los candidatos que ganaron en las recientes elecciones locales del 6 de junio.
Mientras el Presidente de la República se declara “pacifista, porque tengo una razón de fondo” y reivindica su política de “abrazos, no balazos” a pesar de las burlas y cuestionamientos que provoca la fallida estrategia, la violencia y los tentáculos del crimen organizado se amplían y se sofistican ante la apatía del gobierno federal, lo mismo para sitiar a comunidades y municipios enteros en Michoacán, donde los pobladores tiene que volver a tomar las armas y revivir las autodefensas, que con arreglos políticos y financieros de los cárteles con los candidatos que ganaron elecciones y gobernarán en Michoacán y Guerrero.
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