- La movilización actual contrasta con la de los chalecos amarillos, sin ideología, programa ni líder
La izquierda francesa, debilitada desde la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales de 2017, vuelve a la escena. Las protestas contra la reforma de las pensiones, proyecto central de Macron, unen a la heterogénea sopa de letras que va del institucional Partido Socialista hasta el populismo de La Francia Insumisa. En parte por convicción ideológica y en parte por oportunismo, sus líderes se han subido al carro de las manifestaciones y huelgas. El conflicto social de este diciembre contrasta con la revuelta sin ideología, sin caras visibles y sin programa de los chalecos amarillos de hace un año.
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