- El capo mexicano de la droga llegó a tener una flotilla de cuatro jets privados y un zoológico en uno de sus ranchos
Sandro Pozzi - Nueva York - El País
Joaquín El Chapo Guzmán empezó a traficar con cocaína porque era pobre. “No tenía para comer”, cuenta Miguel Ángel Martínez, conocido entre los miembros del cartel de Sinaloa como El Gordo. De vender naranjas y panes horneados por su madre pasó en pocos años a acumular una fortuna que le permitió hacerse con una flotilla de cuatro aviones privados, mansiones desperdigadas por las mejores playas de México y hasta un zoológico en uno de sus múltiples ranchos.
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