Enrique Quintana - El Financiero
Una de las interrogantes que habrán de resolverse el próximo domingo es el porcentaje de mexicanos en edad de votar que realmente acudiremos a las urnas.
La historia muestra que la elección presidencial en la que ese porcentaje fue más alto ocurrió en 1994. En el año terrible de la insurrección en Chiapas y de los asesinatos políticos, la tasa de participación fue de 77 por ciento.
Sin embargo, esa no ha sido la norma.
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