Martín Esparza - Contralínea
La “empresa de clase mundial”, que por 12 años mostraron los panistas como arquetipo de transparencia, bonanza y eficiencia del sector energético, ahora se encuentra dando sus últimos estertores ante la quiebra de sus finanzas y el aumento irreversible de sus números rojos que, año con año, van al alza, debido en buena parte a la corrupción que desde años se enquistó en la estructura administrativa de sus niveles directivos y los ineficientes sistemas de operación, sobre todo en la zona centro del país, donde se han incrementado las pérdidas de energía.
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