“Después del huracán Sandy, los americanos [estadunidenses] abrieron sus billeteras para la Cruz Roja. Confiaban en la organización no gubernamental [ONG] y pensaron que estaba a la altura de las circunstancias. Se equivocaban.”
Con estas líneas se abría, en abril del año pasado, una larga serie de artículos y reportajes en los que las organizaciones periodísticas estadunidenses ProPublica y National Public Radio (NPR) han ido evaluando la actuación de la Cruz Roja estadunidense en dos de los desastres naturales más mediáticos de los últimos años. Sus conclusiones son inquietantes y ofrecen algunas lecciones de las que todos deberíamos aprender.
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