El desastre del avión de Germanwings se ha convertido en una
tragedia nacional. No es solo que se hayan perdido numerosas vidas. Se
percibe un sentimiento de vergüenza y también de enojo, rabia e
impotencia
A la hora acostumbrada, en mi caso las ocho de la tarde, se sienta uno
ante el televisor con la idea de informarse de las últimas noticias de
la jornada. Los noticieros alemanes tienen un toque didáctico que me
complace sobremanera. Quizá lo que yo conceptúo de complacencia no sea
sino la sensación de que se cumple un rito diario exento de drama, como
la certeza de que uno cenará sin problemas y más tarde dormirá
tranquilo.
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