La reforma laboral francesa privilegia el acuerdo social y pretende
mantener los puestos de trabajo
Bajo la atenta mirada
del Gobierno de François Hollande, tres patronales francesas y tres
organizaciones sindicales han firmado un proyecto de reforma del mercado
laboral cuyo objetivo es mantener el empleo. A tal fin, han tomado tres
decisiones de envergadura: acelerar la tramitación legal de los despidos
improcedentes, flexibilidad y movilidad laboral que obliga a los trabajadores a
aceptar los cambios de función y de localización geográfica y, pieza
fundamental del acuerdo, la posibilidad de que las empresas con graves
problemas económicos o financieros puedan reducir el salario o el tiempo de
trabajo a cambio de evitar despidos definitivos. Así pues, para Hollande y su
equipo económico, lo fundamental es que no se destruyan más puestos de trabajo
y para ello aplican la regla de empleo más barato a cambio de mantener las
plantillas.
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