Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
La captura el pasado viernes de su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena, en Paraguay, hizo que los reflectores políticos volvieran hacia el líder morenista del Senado, quien insiste en deslindarse de la actividad criminal que desplegó su colaborador desde el gobierno de Tabasco. Y aunque el proceso de extradición para que el tristemente célebre líder de "La Barredora" tardará aún casi dos meses, la presión política y mediática sobre Adán Augusto López lo llevó a emitir el sábado un "comunicado de prensa" bastante singular que, lejos de clarificar su posición o contribuir a su deslinde de este grave caso, parece querer enredarlo todo con alusiones al pasado panista y a difuntos políticos que nada tienen que ver con la coyuntura actual que él enfrenta.
Porque no viene ni al caso invocar las muertes de personajes como Juan Camilo Mouriño o Ramón Martín Huerta, ocurridas en el sexenio de Felipe Calderón, en condiciones ciertamente extrañas y con dudas sobre si sus decesos fueron sólo fallas mecánicas de las aeronaves en que viajaban o si se trató de atentados de los cárteles del narcotráfico, pero que nada tienen que ver con lo que hoy se señala como una red de complicidades y corrupción que permitió a un secretario estatal proteger y auspiciar, nada menos que desde la Secretaría de Seguridad, a un grupo criminal que aterrorizó, asesinó y extorsionó a los tabasqueños durante el pasado sexenio y que extendió también su imperio criminal, con el cobijo y protección de los gobernadores morenistas y de altos mandos militares del gobierno de López Obrador, a Chiapas, Campeche y Quintana Roo.
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