- La investigación de la Fiscalía acumula 14 detenciones, desde mandos navales y marinos hasta funcionarios aduanales y empresarios, en uno de los mayores golpes contra el tráfico de combustible
Carlos Carabaña - Zedryk Raziel - México - El País
El pasado domingo, las autoridades mexicanas anunciaron el desmantelamiento de una red de contrabando de combustible en las aduanas de México y el arresto de 14 implicados―seis marinos, cinco funcionarios civiles y tres empresarios. Sus líderes eran los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, militares de alto rango y familiares políticos de José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024). Pero ellos solo son la punta de iceberg de una larga cadena criminal en la que cada eslabón cumplía una función específica para lograr introducir al país decenas de millones de litros de hidrocarburos ilegales ante la mirada del Estado mexicano. El caso se destapó tras el decomiso de 10 millones de litros de combustible ilegal a bordo del buque Challenge Procyon, que llegó al puerto de Tampico en marzo. El desmantelamiento de la red no habría sido posible sin la ayuda de Santo, un exfuncionario de la Marina que participó de la trama criminal y al final, rendido y asustado, decidió convertirse en testigo colaborador.
Los líderes: Roberto y Fernando Farías Laguna
Los Primos. Así apodaban dentro de la Secretaría de Marina a los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías, sobrinos del almirante Ojeda Durán. Fuentes conocedoras del estamento militar los describen como prácticamente hijos del exsecretario de Marina, y como prueba indican su vertiginoso ascenso en el escalafón militar desde la llegada de su tío a la cabeza de la institución. Esta rápida subida generó resentimiento en el resto de sus compañeros.

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