- Estados Unidos eleva sus amenazas comerciales pese a las continuas reuniones binacionales, la entrega de narcos mexicanos, el refuerzo de la frontera y los decomisos de drogas
Karina Suárez - México - El País
Estados Unidos mantiene el pulso arancelario contra México. Aunque el equipo de Claudia Sheinbaum ha sostenido decenas de reuniones con sus contrapartes estadounidenses, el Gobierno de Donald Trump no solo ha mantenido un puñado de aranceles, también ha elevado su amenaza tarifaria contra México, su principal socio comercial. El próximo 1 de agosto se prevé que EE UU incremente del 25% al 30% el impuesto sobre las exportaciones mexicanas fuera del tratado comercial entre ambos países, el TMEC. Una medida que, de acuerdo con el republicano, es necesaria ante los flacos resultados de Sheinbaum para frenar el tráfico de fentanilo. El anuncio de este incremento, el sábado pasado, tomó a la comitiva mexicana por sorpresa, justamente en Washington. Tras el desconcierto, el Gobierno mexicano ha insistido en su estrategia de diálogo y cautela para tratar con el republicano. Sin embargo, los expertos advierten que esta estrategia se ha desgastado ya y no ha logrado los réditos esperados.
Frente a un adversario temerario e impredecible como Trump, los planes del gobierno mexicano se complican. A diferencia de otros países, que han amagado con la imposición de aranceles recíprocos frente a las medidas proteccionistas de EE UU, Sheinbaum sigue apostando por la cautela y la “cabeza fría” ante el republicano. “Nosotros estamos buscando el menor impacto posible para nuestro país, esa es nuestra convicción, nuestra labor. Por lo menos queremos llegar a lo mismo que tenemos hoy, que no haya más (aranceles) y estamos buscando una condición favorable para nuestro país”, declaró este martes la presidenta de México.
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