- El mercado dio por hecho su despido el miércoles y hubo consecuencias
- Ahora los analistas creen que el daño llegará tarde o temprano
- No importa el cargo sino las implicaciones sobre las políticas de la Fed
Álvaro Moreno - Víctor Ventura -elEconomista.es
Con Trump en la Casa Blanca los pulsos, los giros de guion cargados de dramatismo y los movimientos arriesgados con marcha atrás se han convertido en la nueva realidad de los mercados. Si bien esto solía aplicarse a las negociaciones arancelarias, este miércoles se vivió una hora cargada de volatilidad. En cuestión de 60 minutos, Jerome Powell, presidente de la Fed, pasó de rumores de despido a ser ratificado de nuevo en su cargo hasta mayo del próximo año. Unos instantes en los que los mercados de renta variable y el dólar cayeron un punto de golpe y el oro repuntó un 2% para luego deshacerse de todas estas fluctuaciones con las palabras de Trump. Lo que ocurrió ha llevado a una profunda reflexión de los analistas que se ha centrado en dos puntos: Lo primero, que el final de Powell se acerca y es ya inevitable, llegue más pronto o más tarde. Y lo segundo, que las consecuencias de su marcha parecen claras.
Pero, ¿qué pasó exactamente? Algunos diputados republicanos del Congreso de EEUU escribieron en las redes sociales que Powell iba a ser despedido de forma inminente. Aunque en primera instancia sus tuits pasaron bajo el radar, todo estalló cuando los grandes medios publicaron diversas informaciones que afirmaban que varios congresistas habían hablado directamente con el presidente y que era él el que estaba sondeando con ellos hasta que punto se podía dar ya el paso y echar a Powell inmediatamente.
Detrás de esta decisión están las críticas permanentes del republicano al presidente nominado por él en su primera etapa por no bajar los tipos de interés. "Creo que es terrible", declaró Trump a la prensa el martes. "Hablas con él, y es como hablar con... nada. Es como hablar con una silla. Sin personalidad", decía Trump en una publicación en su red social Truth en la que le llamaba "Mister too late". Todo ello después de haberle llamado lindezas como "imbécil", e insistir en que debería bajar los tipos "por debajo del 0,5%" porque "la economía de EEUU está muy caliente".

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