Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
La mención ayer desde la Casa Blanca de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, acusándola de "incitar a las protestas violentas" de migrantes en Los Ángeles es, con mucho, la acusación más grave y directa que se le haya hecho a un gobernante mexicano desde el gobierno de los Estados Unidos. Porque el mensaje de la secretaria de Seguridad, Kristi Noem -que es en realidad un mensaje directo del presidente Donald Trump- rompe con todas las reglas diplomáticas y de diálogo y cooperación en la relación bilateral, para ubicar a la mandataria mexicana como responsable de un ataque a la seguridad de los Estados Unidos.
Y si ya el dicho de la señora Noem, que incluso ha sido recibida con todas las cortesías en Palacio Nacional, era grave, la respuesta de la presidenta mexicana, si bien clara y contundente acusando de "falsas" las aseveraciones de la funcionaria estadounidense y reiterando su rechazo a la violencia como forma de protesta, no se hizo de la manera más acertada y vuelve a mostrar a una mandataria que parece estar sola y no contar con sus asesores y colaboradores en política exterior.
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