- El Departamento del Tesoro pone en la mira al conglomerado empresarial de un matrimonio acusado de limpiar las finanzas de los hijos fugitivos del Chapo
Micaela Varela - México - El País
Parecían dos jóvenes nadando en éxito. Él, un prometedor empresario con varios negocios inmobiliarios y hoteleros, dedicado a gestionar inversiones en el mundo del entretenimiento y la hostería. Ella, una ambiciosa emprendedora en el mundo del maquillaje con su propia tienda de venta de vestidos de fiesta y al frente de un spa de lujo. Este lunes la burbuja de la ostentación reventó cuando el Departamento del Tesoro publicó sus nombres en la lista de sanciones por ser facilitadores de la red criminal de Los Chapitos, así como la lista de todas sus empresas involucradas en el entramado de lavado de dinero del narcotráfico en Mazatlán. El matrimonio de José Raúl Núñez Ríos y Sheila Paola Urías Vásquez está en el ojo de las autoridades de Estados Unidos por su implicación con el Cartel de Sinaloa.
La fachada de prósperos empresarios empezó a derrumbarse cuando el Departamento del Tesoro estadounidense detectó que Núñez amasaba su fortuna a una sospechosa velocidad. Este abogado de 44 años, nacido en Rosario, Sinaloa, fundó su primera empresa a finales de 2019, antes de la pandemia. Se trataba de la Inmobiliaria Grupo 247, dedicada a la construcción y compraventa de inmuebles. En redes sociales promocionaba las oportunidades de invertir en bienes raíces cerca de la costa y las playas de Mazatlán. “Imagina la Casa de tus sueños frente al mar, escuchando las olas, viendo el amanecer. Todo esto es posible al invertir en Casas del Fraccionamiento Playa Brujas. Comunícate con nosotros, haremos que tus sueños se cumplan”, se leía en sus primeras publicaciones.

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