Samuel García - El Sol de México
No hay buenas noticias para la economía mexicana. La reducción en la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos es una presión adicional para el Banco de México y la Secretaría de Hacienda.
Apenas el jueves pasado publicamos aquí que, además del gradual incremento de la inflación en los últimos meses en México, hay presiones inflacionarias globales en el mediano plazo derivadas de un nuevo orden comercial con mayores aranceles y con una guerra EU-China que llegó para quedarse, impactando los precios.
Ayer, James Dimon, el director ejecutivo de JP Morgan Chase, lanzó una crítica por lo que llamó “una complacencia extraordinaria” de los mercados al no advertir los riesgos que enfrenta la economía estadounidense y global por la posibilidad de una elevada inflación con una recesión que sigue latente.
Como apuntábamos el jueves, en México es mucho más probable que el 3.80% de inflación esperada por los economistas para 2026, lejos de la meta puntual de 3.00% de Banxico, se acerque al 4.00% en los próximos meses, que al 3.50%.
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