domingo, 18 de mayo de 2025

La Casa Blanca, sociedad anónima

  • Donald Trump aprovecha la presidencia para impulsar sus negocios y los de su familia sin importarle los conflictos de intereses ni las consideraciones éticas

Una lona con la imagen de Donald Trump, instalada en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en Washington. JIM LO SCALZO (EFE)

Miguel Jiménez - Washington - El País

Los republicanos pusieron durante años el grito en el cielo por las actividades del hijo de Joe Biden, Hunter Biden, en Ucrania, cuando el primero era vicepresidente. Persiguieron sin éxito una supuesta comisión de cinco millones de dólares que denunció un confidente que acabó condenado por falso testimonio. Nunca lograron demostrar sus acusaciones. Ahora, sin embargo, callan mientras Donald Trump utiliza sin pudor su puesto de presidente y la propia Casa Blanca para enriquecerse personalmente e impulsar los negocios de su familia, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Ni los conflictos de intereses ni las consideraciones éticas suponen un freno para el hombre de negocios que además es presidente de la primera potencia mundial.

La conducta de Trump no tiene precedentes, salvo quizá el de él mismo durante su primer mandato, cuando su hotel de Washington se benefició del cargo que ocupaba su dueño. El descaro es esta vez mucho mayor, como se ha puesto de manifiesto con su memecoin, el criptoactivo $TRUMP. El propio presidente ofreció recibir en la Casa Blanca e invitar a una “cena privada e íntima” a quienes comprasen más $TRUMP, enriqueciendo a su familia.

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