domingo, 20 de abril de 2025

Hacia la dictadura, a toda máquina

  • La abierta batalla entre la justicia y la Casa Blanca ha llegado a su punto álgido. Vamos a ver si puede parar los pies a quien quiere erigirse en autócrata

Donald Trump firma uno de sus decretos en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Nathan Howard (REUTERS)

 Lluís Bassets - El País

Entre Trump y la dictadura solo quedan los jueces. Se acercan ya a dos centenares las demandas ante la justicia contra sus 124 órdenes ejecutivas, muchas absurdas y un buen puñado inconstitucionales a simple vista, que sigue firmando incansable con burlona solemnidad y luego muestra satisfecho a las cámaras. Todo sucede en el Despacho Oval, epicentro de la política en Estados Unidos y en el mundo, donde el presidente exhibe el trazo grueso de su rúbrica, su impenitente autoritarismo y los ritos imperiales, a veces humillantes, a los que somete a los invitados, ante un puñado de periodistas, debidamente acreditados por su obsequiosa disposición hacia el emperador.

En tres meses ha amasado el mayor poder de la historia presidencial, contando incluso los presidentes en guerra. En su caso, sin guerra alguna, aunque invoca poderes excepcionales propios de situaciones bélicas para detener y expulsar a personas sin papeles, otras con permiso de residencia permanente y aun otras más incluso con trabajo, familia e hijos nacidos en Estados Unidos. Detener a un ciudadano en mitad de la calle o en su casa para luego mandarlo directamente a un gulag de alta seguridad en El Salvador, sin comparecer ante un juez, ha sido hasta ayer una práctica admitida como normal por la Casa Blanca, que ningún recurso ante la justicia había conseguido parar.

Ler más

No hay comentarios:

Publicar un comentario