Carlos Loret de Mola - Expreso
Los castores son conocidos por su destreza para construir diques en medio de corrientes de agua. Echan mano de lo que tienen: dientes filosos con los que derriban árboles que al quedar atravesados, frenan inundaciones y detienen el paso de basura.
Al nuevo secretario de Hacienda de México, Edgar Amador Zamora, le apodan desde hace años “El castor”. Y le va a tocar exactamente hacer eso: contener la inundación económica que viene por la llegada de Trump y contener la basura de Pemex. Esos son sus dos principales retos.
No la tiene fácil pero tampoco imposible. Hay dos cosas que operan en su favor
La primera es que su antecesor fue una decepción. Rogelio Ramírez de la O llegó al gabinete de López Obrador con buenas credenciales internacionales y en vez de usar su estatura financiera para contener los caprichos del presidente, se volvió lo que en Wall Street denominan un “yes man”, un hombre incapaz de decirle que no a su jefe. Y justo lo que más valoran los mercados en un secretario de Hacienda es que tenga la capacidad de decirle que no a los apetitos de quien ocupe la Presidencia.
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