Alicia Salgado- Dinero en Imagen
Ayer se realizó la reunión del Comité de Política Monetaria de la Junta de Gobierno del Banco de México, que gobierna Victoria Rodríguez. Debió ser una discusión complicada, porque el escenario bajo el cual se abrió la posibilidad de realizar un nuevo ajuste a la tasa de referencia (junio) tuvo cambios importantes: en julio la inflación al consumidor se elevó a niveles del cierre de 2023, las expectativas de inflación para este año y el siguiente se alejaron de manera importante del pronóstico proyectado por Banxico en su horizonte de política monetaria, y se registró una depreciación cambiaria con tendencia a profundizarse, lo que podría incidir aún más en la resistencia mostrada por la inflación no subyacente a bajar hacia 4 por ciento.
Hay otros dos elementos importantes: se confirmó la desaceleración de la economía mexicana y, en el escenario global, comenzó el ciclo de normalización monetaria en algunos bancos centrales.
En el caso de la Fed, se pospuso la decisión del primer ajuste a septiembre, pese a que los precios al consumidor mantuvieron la tendencia a la baja y los datos económicos ratifican un escenario de aterrizaje suave.
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