Luis M. Morales
Jorge Zepeda Patterson - Milenio
Probablemente a la mayoría de los lectores le va a gustar la mitad de la columna y desaprobará a la otra mitad. El tema es cuál de las dos mitades le va a gustar a usted. En días recientes Epigmenio Ibarra, el conocido productor de televisión fue duramente cuestionado por sus afirmaciones sobre “el esperpento” que representa el personaje de Xóchitl Gálvez. Por otra parte, Jorge Castañeda, ex canciller del gobierno de Vicente Fox y ex vocero de la campaña del panista Ricardo Anaya, fue criticado por un texto en el que aseguraba que recurrir a las campañas sucias era la única manera en que la oposición podía vencer a Claudia Sheinbaum. Uno y otro, desde posiciones distintas obviamente, fueron crucificados en redes sociales y medios de comunicación, se convirtieron en trending topics y constituyeron durante un par de días la pluma de vomitar de las dos tribunas que se disputan la batalla de la opinión pública en pleno proceso electoral.
No sorprende la virulencia con la que fueron tratados, considerando el ambiente político crispado propio de la recta final de la campaña presidencial. Por lo demás y en cierta manera los dos personajes se han ganado a pulso la animadversión de sus respectivos adversarios. Ambos son lúcidos, claridosos, a ratos provocadores, invitados habituales en los espacios mediáticos.

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