Tanto en Estados Unidos como en Israel, se desató una subasta para maximizar y competir quiénes son los más crueles con sus "represalias" desproporcionadas, con el fin de exorcizar eternamente a Hamas. Foto Afp
Alfredo Jalife-Rahme - Periódico La Jornada
Durante la cuarta guerra de Netanyahu contra los palestinos sunitas de Hamas (https://bit.ly/46k5ICO), se agudizó la alucinante escalada retórica, no se diga la formal con su inhumano sitio sin escapatoria, para borrar del mapa a Gaza (https://bit.ly/3LXIf2f).
Tanto en Estados Unidos –que ya tiene su portaviones de ensueño USS Gerald Ford frente a las costas de Israel para su protección (sic), en espera de otro a fin de mes– como en Israel, se desató una subasta para maximizar y competir quiénes son los más crueles con sus represalias desproporcionadas, con el fin de exorcizar eternamente a Hamas: vilipendiado con el oxímoron de animales humanos (ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, dixit; https://bit.ly/48NaoTv).
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