Carlos Ramírez/Quadratín
INDICADOR POLÍTICO
Si está históricamente probado que los hechos no se calcan en tiempos y espacios diferentes, de todos modos, los sucesos pasados pueden ayudar a entender el presente. La sucesión presidencial de 2024 se parece más a la de 1994 que a la de 1924 y 1928.
Manuel Camacho Solís se movió por sí mismo a lo largo del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, al grado de construir una opción dentro del gabinete, en tanto que la vertiente neoliberal económica la lideraba Joseph-Marie Córdoba Montoya, el superasesor que no podía ser candidato presidencial pero que sí operaba en ese escenario: su candidato siempre Fue Ernesto Zedillo Ponce de León y controlaba el salinismo de Luis Donaldo Colosio.
Camacho supuso una sucesión a su favor, pero con mensajeas claros de que no representaría la continuidad al estilo Elías Calles. Se lo dijo Camacho en persona al propio presidente Salinas cuando le enlistó –obvio: con ingenuidad—los planes para los salinistas durante el potencial gobierno camachista.

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