Paul Krugman - El Periódico de México
Los meteorólogos nos dicen que el calentamiento global ha generado nuevos problemas para los que se dedican a hacer pronósticos. Los huracanes no solo son cada vez más fuertes, sino que se intensifican más rápidamente que antes, lo que hace que resulte difícil alertar de antemano a las comunidades en su trayectoria. En particular, las autoridades del condado de Lee, en Florida, esperaron a tener pruebas definitivas de que el huracán Ian les iba a golpear con fuerza antes de ordenar la evacuación, y por entonces fue demasiado tarde para muchos.
¿Está ocurriendo algo parecido con la política económica? Hace poco escribí sobre el creciente runrún entre economistas y empresarios en el sentido de que la Reserva Federal, que ha estado tratando de frenar la economía para luchar contra la inflación, está pisando el freno con demasiada fuerza. Desde entonces, los rumores se han intensificado. Y cada vez estoy más convencido de que, pese al decepcionante informe sobre la inflación y a lo que todavía parece, según algunos indicadores, un mercado laboral sólido, la Reserva Federal se está quedando atrás. Yo diría ahora que estamos empezando a ver los efectos de las subidas de los tipos de interés que la Reserva Federal lleva realizando desde principios de este año. Da igual lo que digan los datos sobre la inflación y sobre el empleo en este momento; ya hay en marcha una gran reducción de las presiones inflacionistas, así como un gran arrastre en la producción y en el empleo. Como les gusta decir a algunos analistas empresariales, la economía podría estar “dando la vuelta”. Y los riesgos que una política de moneda fuerte supone para la estabilidad financiera y la economía mundial en general son cada vez mayores.
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