Periódico La Jornada
Está muy lejos de asentarse el revuelo mediático generado por el robo de seis terabytes de información de los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ataque que ha levantado dudas en torno al método utilizado para sustraer los datos; la identidad, el financiamiento y las intenciones de quienes los obtuvieron; la cantidad y la naturaleza de los archivos sustraídos (muchos de los cuales ya eran de dominio público); el manejo de datos personales por parte de las fuerzas armadas; el posible peligro en que se pondrá a funcionarios y particulares al divulgar información confidencial, entre otros asuntos.
Pero al margen de las peculiaridades de este episodio puntual, lo que ha quedado al descubierto es una debilidad muy preocupante en materia de ciberseguridad, la cual esta vez afectó a la Sedena, pero está presente en todo el país y en todos los niveles, desde el ciudadano de a pie hasta las instituciones y grandes empresas.
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