Ilustración por Jordan Awan para The New York Times; fotografías por Javier Zayas Photography y dikobraziy vía Getty Images
Por Rana Foroohar - The New York Times
Hay muchísima confusión general, si no un absoluto pavor, en torno al estado de la economía global. La guerra en Ucrania, las fluctuaciones del precio del gas, los tipos de interés hipotecarios por las nubes, los continuados efectos colaterales de la pandemia de COVID-19 y la amenazante posibilidad de una recesión: todos estos son factores que parecen confluir para propiciar el caos.
El miedo es real, pero el caos es transitorio, ya que en gran medida obedece al tumulto que acompaña cualquier transición de un viejo orden económico a uno nuevo. Toda economía experimenta ciclos de expansión y contracción, pero el indicador más importante en estos ciclos tiene menos que ver con los precios de mercado o las tasas de desempleo que con la filosofía política subyacente.
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