- Van cuatro años del gradual debilitamiento del banco: desde recortes presupuestales hasta inexperiencia en la Junta de Gobierno. Ahora, lucha contra un choque inflacionario sin precedentes
Isabella Cota - El País
Transeúntes pasan frente a la entrada principal de la sede del Banco de México, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. SUSANA GONZALEZ (BLOOMBERG)
Bancos centrales en todo el mundo pelean con uñas y dientes en contra de la inflación más fuerte en 40 años. Detrás de cada alza en su tasa de interés, su herramienta más potente, está un equipo de técnicos que utilizan cuánto recurso tengan para diseñar la mejor política monetaria posible. En el caso del Banco de México, estos recursos jamás habían sido tan escasos.
La trayectoria de Banxico, como se le conoce al banco central mexicano, es corta cuando se trata de contener la inflación. A pesar de que se fundó hace casi cien años, no fue hasta 2001 que adoptó los objetivos de inflación con los que trabaja actualmente. El choque inflacionario actual, por lo tanto, es sin precedentes para la institución autónoma y llegó después de años de debilitamiento institucional originados desde la Federación. En términos reales, su presupuesto ha sufrido recortes, por lo que mucho de su talento se ha ido. A su vez, el presidente Andrés Manuel López Obrador ataca al banco y ha nombrado a la Junta de Gobierno a economistas que, si bien son reconocidos en sus respectivas ramas, carecen de experiencia en política monetaria.
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